A medida que se acercan las festividades de Todos Santos, muchas comunidades en México comienzan a preparar sus tradiciones, como la elaboración de globos de cantoya en San Miguel Tzinacapan. Estos globos, hechos de papel de china, alambre, resistol y tela, varían en tamaño y, si están bien construidos y las condiciones climáticas lo permiten, se elevan al cielo. Su funcionamiento se basa en principios físicos como la disminución de la densidad del aire al calentarse, lo que les permite flotar. Además, la geometría y las matemáticas juegan un papel clave en su diseño, ayudando a garantizar la estabilidad del globo. Más allá de lo visual, estos globos simbolizan el respeto y los buenos deseos hacia los seres queridos que han fallecido.
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